Quebrantahuesos
El quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) es un buitre muy distinto al resto de aves de presa. Su nombre lo recibe por la costumbre de elevarse con huesos y caparazones hasta grandes alturas para soltarlos después y comer los trozos de hueso una vez se han estrellado contra las rocas. Es una especie muy amenazada en las zonas donde se distribuye, en toda Europa se considera como un animal en grave peligro de extinción, habiendo desaparecido en muchas regiones donde antes era abundante, se puede observar en los cielos de Asturias, los Pirineos.
El quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) es un buitre muy distinto al resto de aves de presa. Su nombre lo recibe por la costumbre de elevarse con huesos y caparazones hasta grandes alturas para soltarlos después y comer los trozos de hueso una vez se han estrellado contra las rocas. Es una especie muy amenazada en las zonas donde se distribuye, en toda Europa se considera como un animal en grave peligro de extinción, habiendo desaparecido en muchas regiones donde antes era abundante, se puede observar en los cielos de Asturias, los Pirineos.
Es un ave de gran envergadura,esta puede llegar a los 2,5 metros. Su peso puede variar entre 4,5 y 7 Kilos. Son características de esta especie las alas largas y estrechas, la cola larga en forma de rombo y el hecho de tener la cabeza recubierta de plumas, al contrario que el resto de buitres. Esto se debe a que el quebrantahuesos no introduce la cabeza y cuello en los cuerpos de animales muertos, sino que es una especie que se alimenta de huesos. Por lo tanto acude a los cadáveres solo cuando los otros carroñeros (mamíferos, cuervos y otros buitres) se han comido las partes blandas. Cuando los huesos estos son demasiado grandes para poder tragarlos los agarra con sus patas y los deja caer en zonas rocosas para partirlos en fragmentos más pequeños que pueda ingerir. Esta práctica no es para comer solo el tuétano, como mucha gente cree, el quebrantahuesos ingiere el hueso entero, pudiendo tragar trozos de hasta 20 cm de longitud. Se alimenta exclusivamente de huesos y otros restos de animales muertos.
El color del plumaje varía enormemente con la edad, distinguiéndose hasta 4 coloraciones diferentes a lo largo de la vida del animal: Los individuos de menos de un año tienen una coloración parda clara en el vientre, marrón en la cara interna de las alas y la cola y negra en los extremos de éstas, cabeza y dorso. Entre 1 y 3 años el cuello sigue siendo oscuro, pero las plumas de la cara y vientre han cambiado a amarillentas, como en el adulto. La cola se ha vuelto ligeramente más clara. Entre 3 y 6 años las plumas de las alas se vuelven grisáceas, mientras que las del cuello empiezan a sustituirse por marrones y luego amarillentas. Las de los hombros y brazos se oscurecen con el tiempo. Los individuos de más de 6 años tienen las alas y la cola más afiladas. El cuerpo, cuello y cabeza son enteramente blanco-amarillentos, algo sólo interrumpido por el antifaz negro de los ojos y en algunos casos un fino collar de plumas negras en la base del cuello. Las alas y cola son grises, aunque en el caso de las primeras destacan las coberteras negras y las axilas blancas. El dorso es pardo oscuro.
Los quebrantahuesos habitan en zonas montañosas y escarpadas, dotadas de grandes barrancos o acantilados desde donde poder arrojar sus capturas para alimentarse de ellas. Además, prefiere buscar también zonas de cuevas, donde pueda nidificar sin ser molestado.
Los quebrantahuesos suelen compartir hábitat con rebecos y cabras monteses. En la actualidad únicamente se han mantenido sin extinguirse en los Pirineos.
La zona de nidificación y alimentación puede ser abandonada si no hay cadáveres en ella, aunque luego retornan con sus capturas. Los quebrantahuesos meridionales pueden recorrer planeando zonas de hasta 30 Kilómetros cuadrados buscando algo con que alimentarse.
Las parejas de quebrantahuesos se forman al comienzo de la madurez y se mantienen durante el resto de la vida. Son sedentarias y se reproducen cada año en un único nido que construyen a la entrada de una cueva o en alguna repisa protegida contra los vientos. La época de celo se inicia en septiembre realizándose las puestas de dos huevos entre diciembre y marzo. Ambos padres se turnan para incubar los huevos durante dos meses y luego continúan haciéndose cargo de los polluelos de forma conjunta, pero no evitan que el polluelo más fuerte acabe matando al débil.
A pesar de que algunas de las causas que provocaron la extinción del quebrantahuesos y su declive poblacional prácticamente han desaparecido, son numerosas las amenazas que hoy en día ponen en peligro su supervivencia. En la actualidad, el control con monitores de la población española de quebrantahuesos ha permitido conocer las causas de mortalidad que actúan sobre la especie. Técnicas como el marcaje y radioseguimiento posibilitan seguir y localizar ejemplares durante periodos de hasta 4 años a lo largo de considerables distancias. La principal causa de mortalidad en el quebrantahuesos está asociada al uso ilegal de cebos envenenados, comprometiendo gravemente el crecimiento de la población española y su proceso de colonización de nuevas áreas.
La segunda causa de mortalidad no natural en España son los incidentes relacionados con las líneas eléctricas localizadas en zonas de montaña, próximas a laderas de mediana y alta altitud por ser lugares de paso frecuente. La muerte se produce por colisión o electrocución. La caza ilegal es considerada uno de los factores que más influyeron en los procesos de extinción del quebrantahuesos a lo largo de su área de distribución. Estas agresiones son cada vez menos frecuentes gracias a la protección de las especies y a una mayor concienciación y sensibilidad por parte del colectivo de cazadores, quienes en muchos casos denuncian estas acciones ilegales que dañan su imagen frente a la sociedad. La supervivencia del quebrantahuesos se ve igualmente amenazada por factores como la transformación y pérdida de hábitat debida a la construcción de grandes infraestructuras en áreas de montaña, las molestias directas producidas por la actividad humana en zonas sensibles como barrancos o grandes cortados rocosos y de manera muy especial por el abandono de las prácticas ganaderas tradicionales y los cambios de los métodos de explotación al ser sustituida la ganadería extensiva por la práctica intensiva de la estabulación.
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